“No me voy a salir de Villas de San Miguel hasta quedar arreglada en su totalidad”, expresó a principios de noviembre del 2018 el entonces alcalde Enrique Rivas, pero tuvo un segundo periodo, con tres años para cumplir su promesa, y no lo hizo; ahora, Yahleel inicia su campaña desde ahí culpando a Canturosas, cuando el PAN dejó por cinco años completos a ese sector y al resto de la ciudad en total abandono; en fin, la hipocresía.
En su discurso que tenía un tono de concurso de oratoria, que ya no es recomendado por los politólogos para dirigirse a la sociedad, pues se insulta la inteligencia del ciudadano, se centraba en querer convencer de que en los tiempos del PAN, todo era mejor, desde la seguridad hasta la inversión, y sin duda para la noción de cualquier neolaredense, así como el resto de los tamaulipecos, no es para nada creíble.
La estrategia azul en este arranque ha sido por demás cuestionable, pues le apostaron al olvido de los ciudadanos que tienen un recuerdo muy fresco de un panismo y priismo corrupto que nos dejó en ruinas, y que aún quiere volver para saquearnos, pero que ya no es aceptado por la gente.
Para todo esto, las encuestas han dejado en claro que el PRIAN retrocedió en estos tres años, pues en las campañas pasadas, Yahleel acaparaba el 26.5 por ciento de las preferencias, pero en esta ocasión tiene 18.1 por ciento a pesar de que ahora tiene de su lado al tricolor que en aquella ocasión iba por su cuenta con Cristabell Zamora.
En contraste, Carmen Lilia Canturosas, que en la campaña pasada arrancó con 37 por ciento de las preferencias, luego de gobernar por un trienio, comienza esta contienda con 67 por ciento sin haber agregado partidos a su coalición.
Dicho lo anterior, vemos a un PRIAN debilitado y sobre todo desesperado en Nuevo Laredo, mientras que Morena se fortaleció y tiene la gran mayoría de las posibilidades de su lado para repetir este nuevo trienio, lo que convertiría a Carmen Lilia en la primera persona en ocupar la presidencia municipal por seis años.