El resultado final de este sábado -sin nosotros conocerlo a la hora de teclear estos chisporroteados garabatos, estas diarreas mentales- acerca de la votación local, mismo que fue dictado por el árbitro electoral, nos debe de decir que aún hay una luz de justicia en esta región.
Lo de ayer tarde o por la noche, nos grita que el pueblo unido jamás será vencido, que la voluntad ciudadana sigue mandando galleta en el rancho, que salimos casi 6 de cada 10 a decidir y que por sí o por sí, tarde o temprano eso se tiene que respetar.
Que amén de este desenlace en las cuentas, todos volteemos a ver los números y que la copiosidad de los mismos sea como una bandera roja muy enhiesta y oscilante, hasta iluminada con torreta encendida en la punta, que como una policía, la misma nos despierte y nos agite la mente, recordándonos incesantemente que la ley es la ley y que no debemos desanimarnos, que el pueblo sigamos tomando las decisiones que deben imperar en el pueblo, que la ciudadanía con su mandato ciudadano, rija la ciudad (disculpen tantas repeticiones, son adrede).
Que la agitación del paño colorado del resultado de anoche, nos lance descargas, verdaderos “toques” para que no desmayemos, sino que por el contrario, continuemos cerrando filas contra la adversidad, ponerles un alto a las trampas, a las prácticas ilícitas, a toda ilegalidad.
¡Hey mi gente! Miren que con miedo fuimos a las urnas, hasta con el “ese” en la mano nos plantamos a votar ¡y no pasó nada!, entonces hay que seguir, continuemos por ese camino, ya nos impondremos a todos y a todo, porque donde manda capitán (el pueblo) no gobiernan las ingaderas. Porque mal haya la hora si nos rajamos a estas alturas del partido.
Así que vamos a seguir interviniendo en ese rollo, bien ciscados y todo lo que ustedes gusten y manden, pero no tenemos otro pueblo que dejarles a nuestras bendis.
Y ay de nosotros si el día de mañana nuestros engendritos nos maldicen por no haber hecho nada, por portarnos tan Kool Aid de fresa y no haber hecho nada para mandar en el rancho, para ordenar cómo es que se deben hacer las cosas, como tiene que estar marchando el pueblo, como debe de dirigirse y de regirse, así como quien lo tiene que llevar a cabo.
Es decisión de todos, de la mayoría de todos, el decir y resolver nosotros quien tiene que manejar el guayín, quien debe de sacar al buey de la barranca.
El qué, el cómo, el porqué de las cosas, nos toca a nosotros decidirlo, así que clavar la cabeza bajo la tierra como los avestruces no va a remediar nada, solo corremos el peligro que estando “empinolillo” nos lleguen por atrás y nos vaya más gacho aún.
Con el Jesús en la boca pero ahí la llevamos, ahí ¡vamos pueblo!, todavía seguimos mandando, aún decidimos, así que lo de este sábado nos dice que no todo está perdido.
Y que este mandato dictado por el IETAM -el que haya sido- nos dice que aquello de que “somos más los buenos”, no son frases huecas, mentirosas o románticas, sino que son para darnos a todos un par de aguacates y quitarnos un poco el “cus cus” que a la mayoría de nosotros nos invade a cada ratito, cada que salimos de casa, !y con justa razón!
Tenemos como pueblo que sortear todas esas malicias para seguir adelante, como ahora, en que la mayoría de gente bien, noble y decente, salimos en masa y 56 de cada 100 votamos, ahí está la marca y lo que (nos) pase después, ese ya es otro boleto.
Lo del domingo pasado fue gritar fuera de los límites del ejido, que sí tenemos todos ese raro reflejo de querer seguir vivos y enteros, pero también las ganas firmes de decidir y de cambiar el status quo de Nuevo Laredo.
Sí, todos desearíamos transcurrir sin tantos Pedros, pero también es verdad que tenemos que salir a manifestar nuestro parecer, de la manera más amistosa y sin correr consecuencias por ello.
A nadie nos gusta perder la zalea y menos por “casi nada” como es el decir quién queremos que nos gobierne y el decidir quién ponemos a que nos represente, entre los muchos batos y rucas que se apuntaron.
Siempre hay que hacerlo, pero nunca descuidando que nos vaya a pasar algo, ni siquiera por intentar hacer valer nuestros derechos, ni de que no triunfe la democracia, la que imponemos todos los pueblerinos de este terruño, llámese ciudad, estado o país.
Que anoche, “haiga sido, como haiga sido” pero que lo hayamos decidido todos, que sea el mandato de la prole de Nuevo Laredo, el que mandó y se impuso, más no otras fregaderas. Que se haga justicia, que la democracia eso es o algo más o menos así.
Ojalá que ayer en el IETAM se haya celebrado un conteo libre y justo, fiel al mandato, la orden y la decisión del pueblo. Que los resultados finales hayan sido sin manoteos, ni trampas, porque chapuza mangana nunca gana y al que obra mal, se le pudre el tamal.
Y porque hay un Dios que no debe permitir lo que en cosa de los hombres, Él siempre ha dejado que decidan los hombres.
BETO GUERRA
Queremos enviar un saludo y nuestros mejores deseos para el gran periodista y excelente columnista Alberto Guerra Salazar, sabemos que está con unas bronquillas de salud. No es nada mi Beto ¡échale muchas ganas, canijo! Mira que queremos seguir abrevando de tu sabiduría, aprendiendo de tus conocimientos en la vida pública tamaulipeca, de tus pasajes en la historia del rancho, de tu manera de comentar la polaca y la grilla, de tus acertados comentarios, recupérate pronto Maestro.
Feliz domingo para todos y más para la verdadera ganadora de esta votación, esa que eligió Juan Pueblo.