SELVA URBANA

Puercos muy trompudos

Escrito en OPINIÓN el

Dice la conseja popular; “Hay que ser marranos pero no tan trompudos” o; “es bueno ser puercos pero no abusemos”. Tales refranes populares son para decirnos que no debe uno de excederse de lo bueno, en este caso como sinónimo o parecido a bueno, podemos decir lo fácil, lo cómodo, lo sencillo o lo práctico, como es el caso de que miles de nosotros tiramos la basura por doquier, con olímpico desenfado y singular valemadrismo.

Y le ponemos nombre y apellido a nuestra cochinada, como Veolia o Setasa, a lo que es nuestra cerda falta de respeto por el prójimo, por toda la comunidad, para nuestros vecinos y hasta para nosotros mismos.

Peregrinamente transferimos o expiamos nuestra culpa argumentando la siguiente diarrea mental; “Es que Setasa No Pasa (Veolia)”.

¿Y cuándo sí pasaban esos mugrosos ecolocos de la empresa ratera que se supone que debe recoger y dar destino final a los desechos sólidos que a diario por decenas de toneladas se generamos en nuestro amado rancho?

¿Cómo justificábamos que la ciudad estuviera -como hoy mismo- repleta de basura y con un resaltante, agravante y desagradable olor a caca….huate?

Porque antes de que estos buenos para nada de Veolia (no me ayudes compadre) se volvieran unos desvergonzados desobligados, tenemos que reconocer que sí, medio recogían el mugrero en nuestro ejido, ¡y como quiera nadábamos de basura!

La ciudad desde hace un buen rato es un grosero muladar, un tiradero de la fregada, un auténtico chiquero.

Parece que el deporte preferido en la ciudad es sembrar al voleo la bazofia, hasta pudiera existir un enfermizo placer de muchos, sobre tener que regar a diario sus inmundicias.

Y culpamos a los 27 mil perros callejeros, los tildamos de “tumbabotes”, pero ¿qué fue primero la gallina o el huevo?

Primero el Webbón que fácil se desentiende de sus porquerías y sin voltear atrás deposita su suciedad, donde sea, solo que esté un poco lejos de casa (pero ni tan retirados, al fin baquetones).

Pero todo es un “boomerang”, un karma, todo lo malo es imitable, ese que va a tirar su suciedad al baldío de otro barrio, al basurero clandestino de la colonia más cercana a la propia, se topa en el camino con los de ese otro sector muy próximo, que también hacen lo propio, o sea, que viene acá a donde usted vive y le depositan sus groserías tangibles.

Y si no son los otros, es su propio perro de esa persona, el can al que usted suelta a la calle por las noches para que lo deje dormir, es esa “querida” mascota quien vuelve a casa con algo de eso tan desagradable, pescado con su hocico (con el del perro).

Entonces tenemos que todos tiramos basura, todos soltamos a los canes y todos somos unos marranos muy trompudos.

Generalizamos para no discriminar a nadie, porque igual quienes nunca se han deshecho de sus desperdicios de tal manera, sí tienen algo de culpa porque bien que ven a su vecino subiendo bolsas de basura al auto o a la troca y saben que las va a ir a arrojar por ahí, pero no lo denuncian ante la autoridad correspondiente, ni siquiera anónimamente.

Regresemos a donde nos quedamos al citar al firulais, ese can de todos, vuelve a casa con un pamper lleno de popó, con restos de pollo en estado de descomposición, esos frijoles que echados a perder que huelen yeyuno, íleon y duodeno.

Señores, señoras, deben de saber que la materia se descompone en unos minutos con estos calorones caniculeros, ¡no la rieguen!, ni la jodan.

No tiren la basura, por favor, háganlo por la salud de sus hijos y sus nietos, miren que no queremos que les piquen los mosquitos que se acaban de posar en un chopito café muy oloroso, ni que se les paren esas horribles moscas que también comieron y se ensuciaron de ese excremento.

Seguimos teniendo más de tonelada y media diaria en las tuberías, en los siete cárcamos de la Comapa y de a dos toneladas en días de lluvia, ni que decir lo que se atrapa en alcantarillas, canales, arroyos, guardaganados.

Y el karma también tiene que ver con coladeras tapadas de nuestro hogar, con aguas putrefactas brotando en nuestro baño, en nuestro patio y en cualquier rejilla o ducto que comunica nuestra vivienda con la red pública de drenaje, eso ocurre por los taponamientos provocados por nuestra basura tirada.

QUE LA YUNTA SE APURE

Y su parte también la tiene el gobierno burricipal, más si no se apura a resolver la situación con Veolia, más si no contrata a otra empresa similar para que la sustituya en la recolección y disposición de la basura.

Y más si no multa a los que se deshacen del mugrero en las redes, como en el alcantarillado, canales, arroyos, el mismo río Bravo, en despoblado y demás.

En ese “baile” pueden ir las taquerías, fonditas y grandes cocinas, como podrían ser restaurantes, maquiladoras y empresas con producción de alimentos (naturales, procesados o de servirlos).

No nos hagamos tontos, todos sabemos cómo anda el abarrote en nuestra ciudad.

Volviendo a la prestadora del servicio de desechos sólidos y a La Yunta, ya los 23 (p) ediles deben resolver ese problema, no en balde este gobierno tiene el tercer lugar nacional en resolver problemas, la propias ciudadanía de Nuevo Laredo los ha encumbrado hasta ese prestigioso sitio nacional entre los 2 mil 446 municipios que hay en la república.

Entonces, si el servicio de limpia, está dejando que desear, ¡Manos a la obra! Pero ¡Ya!

Feliz domingo caniculero para todos, parece que ya no habrá lluvia, no en una semana.