Cada vez que una tromba nos saca la vuelta, algunos dicen que los “Laredos están salados”, pero lo que no siempre consideramos, es que nos hemos salvado de muchas, e incluso cuando nos impacta alguna lluvia torrencial, la mayor de las afectaciones es la falta de servicios, sin embargo, luego de restablecerlos, queda claro que no se registran pérdidas humanas ni hay damnificados que se queden sin hogar.
Es muy frecuente ver como sistemas de tormentas rodean nuestra ciudad, impactando en Monterrey, San Antonio y otras áreas vecinas, pero no en los Laredos, o al menos no con la misma fuerza -claro, no es coincidencia ni magia, sino una serie de condiciones que derivan en que nuestra región no sea escenario tan habitual de tornados y otros fenómenos, incluso las trombas son pocas en comparación con las que ocurren cada año en esas ciudades cercanas.
Ahora fue el área del Hill Country en Texas, al noroeste de San Antonio, donde las inundaciones dejaron hasta el momento más de tres decenas de víctimas mortales, además de personas desaparecidas, incluidas niñas, pues es plena temporada de campamentos de verano y éstas habrían sido sorprendidas durante el evento meteorológico.
Si bien toda muerte es triste, el hecho de que una tercera parte de las víctimas sean menores de edad hace de este episodio una tragedia particularmente histórica para la región.
Mientras la catástrofe y tragedia azotaba a esta comunidad cercana a los Laredos, en nuestra frontera solo se registraron lluvias moderadas y algunos días nublados, y aunque claro que nos hacen falta precipitaciones, por ahora nos salvamos de consecuencias drásticas.