LONDRES.- Elizabeth Kerr y su prometido Simon O’Brien fueron ingresados a emergencias cuidados intensivos por COVID a principios de enero y fue ahí que, temiendo lo peor, decidieron apresurar su boda una vez que las enfermeras les dijeron: “esta podría ser su única oportunidad”.
“Esas son palabras que nunca más quiero volver a escuchar”, dijo Kerr, de 31 años, a la agencia Reuters, desde el Hospital Universitario de Milton Keynes, no muy lejos Londres.
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La pareja se casó en la sala de cuidados intensivos sólo días después de ser ingresados al hospital. Kerr, enfermera, y O’Brien, paramédico, de 36 años, habían planeado inicialmente la fecha de su boda para junio próximo.
Finalmente se casaron el 15 de enero, tras de conseguir una licencia de matrimonio de último minuto, acompañados por la enfermera Hannah Cannon, testigo de la ceremonia ya que no se le permitió a ningún familiar entrar a la unidad en cuarentena para pacientes con coronavirus.
Apenas terminada la boda, O’Brien fue conectado a aparatos de ventilación y fue sometido a sedación química durante la noche. Aunque su salud ha mejorado, ambos aún permanecen en el hospital, con máscaras de oxígeno.
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— El Mañana (@ElMananaOnline) January 27, 2021